Peregrina

765,00 €
Una pieza con una base en elipse de plata con filigrana envejecida en la que posan cuatro medias perlas ovaladas en tonos rosa y gris, que enmarcan a un ónix negro central.
595,00 €
139,00 €
La filigrana envejecida da forma a dos grandes flores en plata sobre las que posa centralmente una radiante perla orgánica redonda de 10 mm. Una verdadera declaración de personalidad. 
329,00 €
Inspirados en el mundo medieval, la filigrana envejecida aporta ese toque misterioso y atractivo que esconde tal universo.
119,00 €
180,00 €
75,00 €

Majorica, el gran referente global de la perla orgánica desde 1890, celebra la existencia de perlas históricas como La Peregrina, una joya codiciada y misteriosa, muy unida a la Familia Real española, que lleva cambiando de manos 500 años. La colección Peregrina, en edición limitada y filigrana de plata, presenta un broche/colgante con perla barroca inspirado en el que estrenó María Tudor.

Fue en 1515 cuando la perla Peregrina emergió de las aguas de Panamá convirtiéndose desde entonces en el tesoro más codiciado por la realeza, una pieza de 55,95 quilates con forma de pera. Años después, Don Pedro Témez, administrador de Panamá para la Corona Española, la entregó a Felipe II. El rey la regalaría posteriormente a su esposa, María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón. 

Católica, Reina consorte de España y Reina de Inglaterra e Irlanda, la llamada “Bloody Mary” o María la sangrienta, lució la perla en casi todos sus retratos. En concreto la llevaba anclada a modo de broche en el cuadro que de ella hizo Antonio Moro en 1554 y que se expone en Museo del Prado. A la muerte de Felipe II, se dice que María Tudor dejó la perla a la Corona española,  convirtiéndose la pieza en la joya favorita de sucesivas reinas.

Siglos más tarde, se cree que José Bonaparte se apropió de varias joyas importantes de la Corona española al huir de España, siendo La Peregrina una de ellas. Se la entregaría más tarde a a su sobrino, futuro Emperador Napoleón III de Francia, quien en su exilio posterior en Inglaterra se vio obligado a venderla al marqués de Abercorn, James Hamilton. Los Hamilton la sacaron a subasta en Sotheby’s en 1969 y Richard Burton la compró para Liz Taylor. La actriz encargó un collar de diamantes y rubíes a Cartier para lucirla. En diciembre de 2011, «La Peregrina» se vendió de nuevo como parte de la subasta de joyas que Christie’s organizó tras la muerte de Liz Taylor. Un comprador desconocido pujó 11,8 millones de dólares por ella hasta conseguirla.  La identidad real de su actual propietario sigue siendo un misterio sin resolver.

La colección “Peregrina” de Majorica homenajea a esta histórica perla con un broche/colgante inspirado en el que María Tudor recibió de Felipe II, con una cruz de corte barroco parecida a las que utilizaba María Tudor junto con el broche y un brazalete de filigrana y perlas. Un anillo y dos pendientes completan esta colección de duración limitada.